Diferentes orígenes para una misma baraja

De nuevo nos encontramos con investigadores que nos hablan de los diferentes orígenes a la baraja del Tarot. Algunos le otorgan un origen egipcio, asegurando que lo que ha llegado hasta nuestros días del Libro de Thot, el dios egipcio de la magia, las ciencias y la matemática, conocedor del pasado, presente y futuro, aunque para desmontar esta teoría sólo hay que mirar las ilustraciones que son de autores modernos.

Para Emilio Salas el Tarot tiene una relación directa con la cábala. Paul Foster Case mantiene la creencia que tras la destrucción de Alejandría, muchos ocultistas de todo el mundo se reunieron en la ciudad de Fez, para adoptar un sistema adivinatorio basado en ideas primordiales comunes a judíos, cirios, tibetanos e indios. Estas claves fueron conocidas como «arcanos» (misterios o secretos), que dieron origen al la baraja de 78 cartas.

Según Daniel Rodes y Encarna Sánchez, el origen del Tarot habría que buscarlo entre los cátaros medievales y la cultura occitana.

La primera referencia escrita acerca del Tarot en Europa, la encontramos en un manuscrito de 1299 el  Trattato de governo della familia di Pipozzo en el que se recomienda a los caballeros abstenerse de jugar a las cartas.

Una curiosidad, la baraja de Filippo Maria Visconti (1412-1447) es el Tarot más antiguo que se conserva, en la actualidad en la Yale University Library, en ella solo hay dos naipes con personajes que no son retrato de la familia, el Ermitaño y la Muerte. Estos personajes reflejan su procedencia oriental, uno en su vestimenta y otro en el arco largo que lleva.

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