Este arcano representa lo que parece más obvio, el carro de la vida, el camino real que debemos hacer en la búsqueda de nuestra propia metamorfosis interior; la ruta por la que debemos transitar.
Lo más evidente si esta carta aparece en la tirada es que se aproximan cambios inminentes, acompañados de emoción y agitación. Al enfrentarnos a ellos lo haremos con energía renovada multiplicadora de las ideas. En lo concreto este arcano es muy beneficioso en cualquier situación, presagia triunfo y control sobre los designios de la naturaleza. Esto mismo sucede si preguntamos sobre el trabajo o el dinero.
En la salud nos indica que tengamos cuidado con las piernas y con el sistema circulatorio.
Si su posición es invertida en el amor habla de estancamiento, en la salud de recaídas en alguna enfermedad, en dinero ruina y despilfarro, y en trabajo de traición por envidias.
La carta nos muestra la mayor parte de sus representaciones a un hombre con un cetro en la mano derecha subido en un carro, cuyos tiradores principales son dos caballos. Uno es el símbolo de la fuerza y el otro de la razón y la espiritualidad. Como era de esperar, si te fijas, cada uno de los animales, está tirando hacia lados diferentes. El hombre es el que debe señalarles cual es el buen camino.
La cabala lo relaciona con la letra Zaín y con Cáncer, el signo del zodíaco. Tampoco hay que olvidarnos de su unión con el número 7 (el núemro de Dios en su punto más perfecto. Este número es compuesto; está formado por el 3 (la Trinididad), y el 4 (doble dualiadad).