Algunos estudiosos mantienen que el Tarot se origina en Egipto, en los antiguos ritos que antecedieron a la cábala y a la alquimia. Así pues, según esta teoría, el sistema de lectura del Tarot tiene su origen en la representación de la división egipcia del universo. Las lecturas del Tarot para los egipcios, era un mapa del cosmos para encontrar nuestro lugar en la vida y sus de realización personal.
El Tarot, siempre siguiendo esta teoría, surge como un texto sagrado que, al mismo tiempo, enseñaba el sitio del hombre en el cosmos, y representaba una guía para una vida recta. Los egipcios concebían tres espacios: el hombre, como centro del universo, el espíritu el campo entre la humanidad y lo material, y la materia.
El hombre se representaba con un punto. El espíritu, un triángulo. El mundo sensible, un cuadrado. Y así formas más complejas: el punto dentro del triángulo, y el triángulo dentro del cuadrado.
También existían los Arcanos Menores y Mayores. Curiosa es la explicación de El Loco, la carta número cero, que para los egipcios representaba al Hombre: sin peso ni pecado al nacer, lleno de posibilidades pero ciego. Lo representaban con un punto, y lo colocaban en el centro del Universo.
En las representaciones modernas del Tarot Egipcio hay reminiscencias del pasado, El Loco aparece de pie sobre un cocodrilo, el agua, vestido con la piel de un leopardo, la tierra, a medio camino entre el agua y el fuego. Su cuerpo es un triángulo, y el fuego y el aire que le rodean forma un cuadrado.