La Estrella es un astro luminoso, ha sido por por milenos el símbolo del camino, la guía. Aparecen 8 formas distintas en la carta de La Estrella en el cielo, una de ellas tiene doble radiatura. Las estrellas de la bóveda celeste han sido usadas por esta civilización como punto de referencia y guía para sus itinerarios. A las estrellas finas, constelaciones y planetas se les asigna el alma de dioses, guerreros, héroes y criaturas de mágicos poderes de las cuales dependemos y estamos predestinados por ellas.
La Estrella, en el Tarot, es una carta positiva. Para decirlo de modo popular se puede decir que es el «símbolo del buen rollo», también está asociada a la suerte y a la sensación de haber sido elegido para que le ocurran cosas buenas. Es un icono de los buenos augurios, de un futuro inmediato positivo.
Cuando a un consultante le sale la carta de La Estrella (arcano mayor), podríamos estar ante una persona con poderes de videncia con cierto don terapéutico, no es un espíritu vulgar sabio, simplemente sanador con mucha energía para curar males tanto del alma como del cuerpo. No es un consultante común, es un consultante especial que se presenta con muy poca frecuencia, es un alma muy pura, recordemos que en la carta aparece una mujer vaciando dos vasijas de agua en el río y que el agua simboliza inicios, creación y purificación, además derrama el agua sobre un cauce, las devuelve a la naturaleza. La carta también está vinculada a la fecundad, a un embarazo buscado y deseado.