Existen diferentes versiones y opiniones sobre la etimología, el origen de la palabra Tarot. Hay quienes dicen que proviene del hebreo, de Théraph , palabra que se traduce como tablas del oráculo judío, o del griego, de la palabra Eratoi, que significa compañeros; o del árabe, de la palabra Tar, que es enemigo; o del latín y la palabra Terere, a la que podemos traducir como barajar, o incluso del chino.
Según la Corte de Gobelin deriva de la palabra egipcia Tar, vía o camino y rog, rey o real. Otros defienden que su etimología proviene de la Doctrina de Coth, y según Papus y Guillaume Postel proviene del tetragrama cabalístico de los judíos. Para J.A. Vaillant proviene de los fenicios Ashtaroth, que significa a la diosa madre progenitora de los series vivos.
También hay quienes sólo le encuentran un significado casual, para ellos a las cartas del tarot que se originaron en Italia se las llamaba Trionfi, y más tarde Tarocchi. De ahí que en el siglo XVI los franceses acortando el nombre, lo hicieran a tarot. Así pues, el nombre de tarot no parece tener ningún significado, aunque algunas personas han tratado de encontrarle uno.
En cualquier caso, lo que parece evidente es que toda la simbología que acompaña a las cartas del tarot está en la memoria de pueblos y culturas muy antiguas, lo que puede indicarnos que la incertidumbre por el futuro, y la facultad de interpretarlo es tan remota como la propia historia del hombre.