Oswald Wirth, creó una de las mazas de Tarot por encargo de Stanislas de Guaita, Rosacruz, con el que trata de restituir o devolver a los arcanos su pureza primigenia; para ello el propio Guaita le entrega dos Tarost, uno italiano y otro francés, y el Dogma y Ritual de Alta Magia, de Eliphas Levi, mientras que él mismo va supervisando trabajo y aconsejando al autor cuando así lo consideraba.
De este estudio y colaboración nacieron los 22 Arcanos del Tarot de Wirth en 1889, y del que sólo se tiraron 350 ejemplares, y del que Papus se sirvió para su Tarot de los Bohemios.
Al considerar que su trabajo estaba incompleto Wirth estudió más en profundidad el símbolo de las cartas, sus colores de acuerdo con el espíritu medieval, cuyo resultado en 1937 con la publicación de El Tarot de los Imagineros de la Edad Media, en el que el Tarot ya aparece coloreado. Las reediciones que se lanzaron en 1966 y 1984 han sido hechas con unos colores metalizados.
El estudio teórico sobre el Tarot de Wirth es muy completo y su importancia está en su objetividad pues a pesar de que los parecen egipcios, ya no defiende que tuviera su origen en Egipto, sino que admite que su antigüedad no puede remontarse más allá de la Edad Media.
Una de las diferencias en cuanto a las cartas es por ejemplo El Ahorcado que en el Tarot de Marsella y el de Court de Gebelin está de pie, Wirth le devuelve su posición invertida colgado del tobillo.
